Conozco a Anna desde hace bastantes años, regentaba un gimnasio al que asistía sin mucho arte, en mi adolescencia. La vida fue pasando y le perdí la pista. Hace un par de años, navegando por las redes sociales con mis hijos, la volví a ver, había publicado una foto de ella, mostrando un pañuelo con una bonita imagen de una chica joven extendiendo la mano. Los días siguientes, con los niños íbamos viendo más gente con el mismo pañuelo en otros puntos, nos hacía gracia seguirle el rastro.
Un día, ya a solas, leí el contenido de los posts de su perfil en Instagram y descubrí el motivo de todas aquellas instantáneas del pañuelo viajero. La temática no podía ser más emotiva. Anna había creado un proyecto solidario AINA NEVER GIVE UP destinado entre otros objetivos, a recaudar fondos para la investigación y dar visibilidad a la Esclerodermia, la enfermedad minoritaria que le había arrebatado su hija, Aina.
Tengo la gran suerte, de ser una privilegiada porqué la vida me ha tratado de manera cariñosa. A mis cuarenta y tantos años, solo he sufridos dos grandes golpes. El fallecimiento de mi padre (al que adoraba y seguiré adorando toda mi vida) justo a escasos meses de mi boda y la detección de una enfermedad auto-inmune de mi hijo Oriol, siendo casi un bebé. La enfermedad que padece Oriol es también de las consideradas minoritarias, aunque hoy está estable y su futuro es esperanzador, cuando di con el proyecto AINA NEVER GIVE UP hacía poquísimo que le habían diagnosticado. Así que conocer la historia de Aina, me conmovió.
A Aina, le apasionaba viajar. Para que pudiera seguir recorriendo el mundo, decidieron confeccionar un pañuelo con una imagen de Aina y la frase que siguió siempre NEVER GIVE UP (nunca te rindas). La solidaridad lo está haciendo posible porqué el pañuelo ha cruzado medio mundo: Australia, Portugal, Islandia, Grecia, Marruecos, Letonia, Alemania…
Para alcanzar sus objetivos, el proyecto AINA NEVER GIVE UP también organiza actividades lúdicas (cuando la pandemia mundial COVID-19 permitía concentraciones). Por esto pensé que una pequeña aportación b-paper podría ser elaborar un álbum y donarlo para que atesore las fotografías de las acciones que emprenden y sea testigo de las metas que consiguen. Se trata de un álbum en el que domina el fucsia, un color vital y atrevido, para valientes…como me imagino a Aina, aunque no la conocí.
La investigación es vital para la curación de cualquier enfermedad, pero la suma de las aportaciones de pequeñas organizaciones como la de AINA NEVER GIVE UP es de mucha importancia para las enfermedades poco frecuentes. Si deseas participar en el proyecto, con una aportación voluntaria o colaborar para que el pañuelo de Aina siga viajando, envía un mensaje a través de sus perfiles en las redes sociales que tiene presencia instagram/aina_nevergiveup o de Facebook/aina.nevergiveup .